lunes, 12 de diciembre de 2011

Juego y Dinámica Infantil


JUEGO: Simón Dice

EDAD: 2-5 años.

CANTIDAD DE NIÑOS: Desde 4 a más jugadores.

MATERIALES:
Espacio suficiente para que los jugadores puedan moverse.

DESARROLLO:
A uno de los jugadores se lo elige para ser Simón. El trabajo de Simón es decir “Simón dice…” (y describe una acción), mientras muestra la acción que el grupo debe repetir.
Todos en el grupo deben hacer lo que Simón dice, siempre y cuando la frase comience con “Simón dice…”. Si Simón describe y muestra la acción sin decir “Simón dice…” el grupo debe ignorar la orden. Si en este caso no se ignora la orden, los jugadores que la realizaron deben abandonar el juego.
El último jugador que quede es el ganador y pasa a ser Simón en la siguiente ronda. 

 
DINÀMICA DE PRESENTACIÒN
Conozco el nombre de mis compañeros

Grado: Pre-primario.
Propósito: Conocer el nombre de sus compañeros.

Inicio: La actividad comienza con el trabajo de la docente, quien tendrá que dibujar en el pizarrón tantos animales diferentes como alumnos tenga a cargo, o bien puede hacerlos en cartulina, luego realizará tarjetas con los nombres de los niños y colocará cada una de ellas al lado de cada uno de los animales que ha dibujado.

Desarrollo: De uno en uno, los niños, van pasando al frente del pizarrón, el primero en pasar tendrá que encontrar el animal que tiene su nombre al lado, una vez que lo haya hecho tendrá que imitar el sonido de dicho animal. Una vez haya realizado la imitación tendrá que decirle su nombre a todo el resto del grupo.

Así tendrán que ir pasando cada uno de los alumnos, bajo la consigna de que traten de memorizar los nombres de sus compañeros.


Al final cada uno de los niños dispondrá de una tarjeta con su nombre, lo que deberán hacer es colocarse en forma de círculo y sostener sus tarjetas de modo tal que todos puedan observar los nombres de todos. La docente comenzará a leer cada uno de los nombres y los niños tendrán que ir intentando memorizar los mismos.

Cierre: Luego, las tarjetas se irán pasando de mano en mano por un tiempo determinado, con el objetivo de que queden mezcladas y que cada alumno se quede en su mano con una tarjeta que no contenga su nombre sino otro.

Cuando las tarjetas dejen de girar, el alumno tendrá que leer la que ha quedado en su mano y ubicar al dueño de dicha tarjeta, es decir, al niño con el nombre que figura en ella. Así hasta que cada uno de los alumnos vuelva a tener su tarjeta, momento en el que el docente o líder del grupo se la colocará en su pecho con la ayuda de un alfiler.

Así, con la ayuda del maestro los alumnos se irán conociendo y memorizando sus nombres, al mismo tiempo que se divierten y ejercitan la memoria.

Mónica Domínguez

No hay comentarios:

Publicar un comentario